Millones de adultos mayores afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) deben comprobar que están vivos cada dos o tres meses para continuar recibiendo su pensión. Esto se traduce en filas, traslados, esperas y riesgo de exposición para una población vulnerable. Pero, ¿y si este trámite pudiera hacerse en menos de un minuto, desde casa, con total seguridad y sin contacto humano?
En este artículo, exploramos cómo soluciones tecnológicas como JAAK están redefiniendo el concepto de prueba de vida, transformando procesos burocráticos en experiencias digitales simples, seguras y 100% auditables.
El reto actual: trámites presenciales con alto costo humano y operativo
El proceso tradicional de "prueba de supervivencia" impone una carga logística importante:
- Largas filas en sucursales bancarias o unidades médicas.
 
- Pérdida de tiempo para el beneficiario y su familia.
 
- Altos costos administrativos para la institución.
 
- Riesgo de contagio en escenarios como pandemias.
 
Según datos del IMSS, más de 4 millones de pensionados realizan este proceso varias veces al año (fuente: Gobierno de México). Un simple error o retraso puede suspender el pago o activar auditorías innecesarias.
La oportunidad: digitalizar la prueba de vida con biometría facial
Soluciones como JAAK permiten que el beneficiario se identifique desde su teléfono móvil mediante:
- Reconocimiento facial certificado.Prueba de vida en tiempo real.
 
- Verificación con RENAPO y bases oficiales.
 
- Geolocalización y trazabilidad completa.
Este proceso toma menos de 60 segundos y cumple con estándares de seguridad como ISO 27001 y la Ley General de Protección de Datos Personales en Posesión de Sujetos Obligados (LGPDPPSO).
 
Beneficios concretos para instituciones como el IMSS:
- Padrones actualizados en tiempo real. Evita pagos indebidos y mejora la planeación presupuestaria.
 
- Reducción de costos logísticos. Menos personal en campo, menos atención presencial, menos errores.
 
- Acceso seguro a datos auditables. Cada prueba queda registrada con hora, ubicación y metadatos validados.
 
- Mejora de la experiencia del usuario. Pensionados realizan el trámite en segundos y sin desplazarse.
 
- Prevención de suplantaciones. Al ser en vivo y con IA antifraude, se bloquean intentos de terceros.
 
Casos de uso similares: lo que ya está funcionando
- Notarías y registros civiles ya utilizan verificación biométrica para validar identidades en procesos digitales.
 
- Sector funerario emplea JAAK para confirmar identidades sin papelería física ni riesgo de fraude.
 
- Inmobiliarias usan KYC digital para firmar contratos de arrendamiento y evitar suplantaciones.
 
El siguiente paso: del piloto a la política pública
Digitalizar la prueba de vida no es una idea futurista. Ya es una realidad tecnológica. El reto es convertirla en una norma estandarizada para todas las instituciones que operan con poblaciones vulnerables o dispersas geográficamente.
JAAK ofrece una solución lista para escalar: auditable, certificada, inclusiva y con onboarding en menos de 1 minuto.
Lo que antes requería filas, papeles y traslados hoy puede resolverse en segundos con tecnología centrada en las personas. La digitalización de la prueba de vida para pensionados no solo es posible, es urgente.
Instituciones como el IMSS tienen hoy la posibilidad de adoptar soluciones como JAAK para garantizar pagos seguros, ahorrar recursos y mejorar la experiencia de millones de personas.
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